miércoles, 29 de diciembre de 2010

Somos como creemos? o creemos que somos como nos gustaría ser?

¿Te ha ocurrido alguna vez que has contestado a las preguntas de un test de personalidad (por absurdo que fuera) y lo has hecho pensando en como te gustaría ser en lugar de responder con un 100% de sinceridad? Si es así no te preocupes, eres absolutamente "normal" incluso si has dudado a la hora de asentir a esta pregunta, sigues siendo absolutamente "normal"...
El ser humano tiende a verse tal como le gustaría ser en lugar de verse como realmente es, y esta afirmación puedo constatarla cada día durante mis sesiones de coaching y/o mentoring a directivos y mandos medios. Cuando les pido que se evalúen del 1 al 10 en capacidad de liderazgo, rara vez me encuentro con menos de un 9... los más jóvenes e inexpertos a veces dudan entre el 8 o el 9...
luego llega la hora de la verdad...
Tendríamos que empezar por definir qué es liderazgo.... bla....bla....bla... más de lo mismo! hay miles de definiciones... En un foro de debate del Harvard Business Review en el que participo, llevamos días intentando aclararnos acerca de las funciones más importantes de un CEO y os puedo asegurar que ni una sola de las personas que han hecho aportaciones han dado ni una sola clave práctica. Todos han definido más o menos, han teorizado "un CEO debe tener clara la misión y visión de la empresa" "un CEO debe saber delegar y contar con un equipo eficiente" "un CEO bla...bla...bla...." como diría mi hijo: patraña!
Creo que este es exactamente el problema con el que nos encontramos a la hora de liderar: no sabemos convertir la teoría en algo pragmático y menos aún sabemos aplicarlo o explicarlo de una forma sencilla para poder aplicarlo en el día a día.
Esta misma tarde le preguntaba a uno de mis coachees al observar su cara de desesperación ante los resultados económicos de su equipo: "cuando haces seguimiento a los resultados, y tu equipo te pone alguna de las excusas habituales, qué les dices?" para mi asombro (ya que era un líder 9 según él mismo), no supo qué contestar... También pude ver su cara de alivio cuando le ofrecí algunas respuestas (el mentoring ayuda a sacar más de una sonrisa de alivio :)
Aquí entrarían en juego varios factores: 1º que realmente te solidarices con ellos y pienses que tienen razón "como van a vender con la que está cayendo!" 2º que realmente no se sepa como contra-argumentar.... y aunque el primer factor es bastante común: tenemos tendencia a confundir lo "difícil" con lo "imposible", lo que normalmente me encuentro es que nadie ha enseñado a estas personas, que hoy día se les supone líderes, a liderar. Los menos expertos tienden a "ahogarse en un vaso de agua" lo que les lleva a cargarse con el trabajo de todos (al no ser capaces de liderar, ellos hacen el trabajo) y acabar quemados al poco tiempo. Y los más expertos contestarían algo así como: "pues lo objetivos hay que cumplirlos!" (el puñetazo en la mesa cada día se ve menos, aunque a veces aún me lo encuentro) A pesar de ser personas que han terminado una carrera, han realizado al menos un Master y tienen cierta experiencia laboral en gestión de equipos, tienen, en general, pocas habilidades para gestionar a otras personas aunque conozcan la teoría bastante bien.
Sin embargo, a la hora de evaluarse saben que por sus puestos "deberían" ser grandes líderes (nivel 9 o 10) y se evalúan como tales porque acaban creyéndose que lo son... y el que no esté de acuerdo que mire en su job description!
Como decía al principio de este post (ya sabeís que los de "pensamiento lateral avanzado", nos vamos fácilmente por las ramas :) nos gusta creer que somos comos nos gustaría ser o lo que es peor como los demás esperan que seamos... creo sinceramente que a veces nos falta la humildad para reconocer que no tenemos por qué saber de todo y que se aprende mucho más preguntando que haciendo creer que sabemos lo que no sabemos...

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Un miércoles cualquiera... un abrazo cualquiera...

Un miércoles cualquiera, sino fuera porque estamos en Diciembre y hoy, una vez más han sorteado el "Gordo" de Navidad... Miro por la ventana y cae agua a "mantas", como dice mi madre... no ha parado de llover desde hace tres días, inusual en Málaga, aunque cada vez más frecuente (qué hemos hecho con el planeta?) No me apetece salir a la calle, ayer ya tomé mi dosis de frío y humedad cuando salí a almorzar con un buen amigo con el que tuve ocasión de debatir sobre mil cosas (hacía casi dos años que no nos veíamos) y como buenos amigos que somos, no estamos de acuerdo en casi nada, lo que hace nuestros infrecuentes encuentros más estimulantes aún. Fueron unas cuantas horas de animada charla, de buen vino, de risas, de recuerdos, de temas pendientes, de "matices" (así habíamos titulado nuestra cita.... tenemos la costumbre de ponerle título a nuestros encuentros) y unas cuantas horas de análisis de comportamientos (los dos somos muy dados a esto) y otras cuantas horas de "verdad absoluta" (llamo así a esos momentos en que puedes decir todo aquello que pasa por tu mente sin tener en cuenta lo que pueda pensar la persona que tienes enfrente, porque sea lo que sea, sabes que te entenderá) Debo aclarar que "Peter", el amigo con el que almorcé es uno de mis "amarillos"... quien conozca el concepto entenderá nuestra relación y seguramente será capaz de visualizar nuestro encuentro con la ambientación exacta. (quien no lo conozca, le recomiendo que indague... es imprescindible tener "amarillos" en tu vida) Al despedirnos me dijo: "has aprendido a abrazar" le prometí trabajar en ello años atrás, y aunque aún me cuesta, yo también he notado que he mejorado. Durante mi vida me he encontrado con muchas personas que no sabían abrazar, pero yo no fui consciente de no saber hacerlo yo misma hasta que alguien me lo dijo. Realmente ni siquiera pensaba que fuera importante... Tengo mi personal teoría sobre por qué a unas personas nos cuesta abrazar o mostrar nuestras emociones más que a otras... los expertos cuentan versiones muy distintas y no estoy en absoluto de acuerdo con que todos hayamos tenido carencias afectivas en la niñez. Lo que sí he podido constatar a lo largo de los años es que a las personas a las que nos cuesta expresar nuestras emociones tenemos unos cuantos rasgos más en común: 1. nos sentimos incómodos al recibir regalos (aunque valoremos el detalle) 2. nos sentimos incómodos cuando nos halagan (aunque por dentro nos guste oírlo) 3. nos sabemos vulnerables hacia ciertas conductas y las evitamos 4. tenemos cierta tendencia a emociones "yo-yo" (ahora siento/ahora no siento) 5. cuando nos dejamos llevar por nuestras emociones, tenemos tendencia a dar marcha atrás Podría continuar con unas cuantas más, pero creo que ya ha quedado bastante claro lo que nos ocurre: una vez más el MIEDO es el protagonista. Como trabajo en ello y poco a poco voy consiguiendo superar cada uno de mis miedos, animo a todo el que se vea reflejado a que no tenga miedo a vivir. Vivir supone sentir, disfrutar, sufrir, fracasar, tener éxito, reír, llorar... y un sinfín de emociones, unas más agradables que otras, pero todas necesarias para crecer como ser humano. Animo a abrazar y dejaros abrazar, sin sentir miedo, sin sentirse invadido, sin sentir que se invade... simplemente sintiendo el calor del momento, el afecto, el cariño y la sensación placentera de saber que en ese momento hay alguien que quiere abrazarnos y a quien nosotros, en nuestro fuero interno queremos también abrazar.